Dejar ir

No es que tú no debas poseer nada es que nada te posea a ti.

Recupera la ligereza y la libertad de vivir.

Soltar, dejar de aferrarnos a lo que ansiamos, a lo que creemos que necesitamos de forma vital, soltar y dejar ir aquello que creemos que es nuestro, es una lección de vida.

La vida te enseña lo mucho que te aferras

a cosas que no te hacen bien

A ideas que no te sirven

A formas de relacionarte que dañan

A planes rígidos

A proyectos superfluos

A recibir halagos

A logros materiales que en realidad no te dan felicidad

A veces aprendes que el soltar es inherente a la existencia cuando te duele perder algo, quizás sepas conscientemente lo que es el desapego, pero el dolor frente a la pérdida de algo: un trabajo, una relación, una persona, una expectativa, o un deseo que no se cumple, puede desatar este proceso interno de dolor, el único que da lugar al verdadero crecimiento.

Al igual que una serpiente a través de una muda de su piel atraviesa por un momento natural de estrechez transformación y renovación, este proceso no es malo, es sólo natural.

El dolor viene de cuando crees que eres eso que se suelta de ti y temes perderte, pero solo vas a resurgir, nuevo.

El dolor es parte de nosotros, es una enseñanza en sí mismo.

La vida desprende incluso el dolor cual manzana madura que cae del árbol.

El dolor de perder algo trae una enseñanza sublime: la apertura incondicional a la vida.

El dolor se transforma con amor a la vida tal y como es.

Entiende y ábrete a soltar cuando la vida lo pida así, y así lo desenvuelva frente a ti.

Suelta, incluso el rechazo al dolor, deja que te enseñe incondicionalidad.

Aferrarse a lo que a uno no le pertenece sería impedir a la vida su avance y evolución.

La vida es sabia

Deja que cambie

Múdate

Crece

Vuela ligero

Deja ir

Aquello que crees que te pertenece nunca ha sido tuyo

Ama honra disfruta del proceso

Se el guardián