
EL REGALO DEL YOGA, EL REGALO DE VOLVER A AMARSE Y AMAR LA VIDA
GISELA VÁZQUEZ
Como muchos buscadores desde temprana edad tuve anhelo por entender el porqué de la vida y sus complejas experiencias, comencé a meditar muy jovencita a los 14 años y descubrí el yoga a través de un libro antiguo de mi padre, en 1996 después de haber realizado distintas prácticas de meditación comencé a tomar mis primeras clases de yoga, y encontré el camino de la meditación, un camino espiritual fundamental en mi vida, que enseña a vivir con conciencia, mediante el disfrute de la disciplina podemos transformarnos a nosotros mismos, así como nuestra percepción del mundo que nos rodea.
En 1996 hacía seva (la práctica yóguica de servicio desinteresado) en el departamento de Hatha Yoga de un Ashram, las enseñanzas y directrices que se aplicaban en las clases procedían de las enseñanzas de Anusara y la filosofía que se impartía en este Ashram.